lunes, 24 de agosto de 2009

De tiempos lejanos...

... Y todo lo que de mí esperabas se fue contigo.
Avanzó antes que tú hasta la puerta y te esperó allí,
para cuando decidieras abrirte camino.

Te quedaste de pie contemplándome unos minutos,
mirándome como una asesina; la misma que había aniquilado
tu abrigada esperanza del cambio, que nunca llegaría.

No hice nada por detenerte, y en un segundo la habitación quedó vacía.
Todas las ideas, quimeras y esperanzas se habían ido,
y por fin podía respirar y ser yo misma.

Te enamoraste de la que no era -traté de advertirte-
Pero no pudiste oírme,
obstinado ante la posibilidad de que yo sí era lo que tu querías.

Y ya que no pudiste enmendarme, no te quedó más que la partida.
Y ya que no pude cambiar, me quedé aquí, en soledad ... abatida.


Lamento no haber cumplido con tus expectativas;
pero me excuso:


No te prometí nada... y con eso me quedo..... y te quedas.

viernes, 21 de agosto de 2009

Calypso.-

Doncella que caminas por la tierra... que haces?
Porque cambias a la luz, a la maravilla, a lo divino; por una ilusión que no tiene ni tendrá sentido?
Por que crees ciegamente en un amor profundo, pero que no te es ni te será correspondido?

Qué haces entregándote sin miramientos ni resguardo alguno
a un mortal que no pretende lazos ni uniones, ni cree en la eternidad ni en la poesía?
Que escribe su historia, a solas y en lo oculto?
Que solo está de paso... y por casualidad hoy en tu vida?

Ninfa mía que haces?
No puedes retener lo que no te pertenece...
Aquel amor sublime que te tomó en sus brazos te ha de abandonar....
y no volverás a ser la misma.

Ay mi criatura! ... tu destino no era la agonía y la tristeza
No era el sufrimiento ni la desesperanza... que has hecho?

Ya es demasiado tarde... ninfa querida... tus añoranzas han
destrozado tu espíritu y marcado el fin de tu historia y de tus dìas.



Calypso... hoy ni los dioses pueden salvarte...

Escogiste el camino equivocado, y con ello, has acabado con tu vida.

domingo, 16 de agosto de 2009

Noche de lluvia...

Hoy el fluir de pequeñas gotas es omnipresente.
No sólo siento su sonido natural, intermitente y dulce con forma de lluvia golpear en mi ventana; también las siento caer irremediablemente a través de una mirada perdida y sin esperanza. La mía.

El llanto no es intermitente... perdura con vista a lo eterno, a lo que no es posible salvar, a la tragedia...

Veo que sí esperaba... esperaba una dicha, una felicidad incalculable, esperaba una recompensa por lo que te dí...
Nunca se me ocurrió pensar que mi entrega no era digna de ella.

Caigo ahora en la cuenta, entre sollozos entrecortados que me lastiman profundamente... mi entrega carece de valor bajo el prisma de la comparación temida.

No soy ella...
No soy quien detuvo tus latidos por causa de un suspiro;
No la que te rozó casualmente y te dejó en vela soñando maravillas;
No soy ella, ni puedo serlo.
Y me duele.

Lloro porque me diste momentos bellisimos, que se perderán en el olvido.
Por la frustracion de perder un pedazo de mi misma, irrecuperable.
Porque el cuerpo me quema... me grita y demanda tu presencia.
Porque mi mente divaga a diario sobre ti, sin causas aparentes.
Por que mi alma ha sido rasgada profundamente, y para siempre.